Lo que era

Era el exceso hecho virtud,
la ilusión no recompensada
y la ternura escondida.

Era las mañanas que no llegaban,
la sonrisa deseada
y el deseo invisible.

Era todo, pero no era nada.
Era lo que quería por miedo a querer más.

¿Por qué?

Si no es verdad es porque es mentira.
Esa mediocridad vital exasperaba.
Ese querer y no tener mataba.

Me trataba con desprecio como si lo mereciese.
Su desprecio solo provocaba desprecio y más soledad.
Difícil de explicar, fácil de entender, imposible de no sentir.

No lo digo, pero lo pienso

Digo lo que pienso,
o pienso lo que digo.

Sueño cuando sueño,
o sueño contigo.

Vivo cuando muero ,
o muero sin ti.

Lloro cuando no te tengo,
o sueño que te tengo.

Tengo lo que quiero…
o no digo lo que pienso.

Y seguiré pensando cómo no morir sin ti.

Hoy la vi

Hoy la vi.
No recordé nada malo,
me acorde de tanto bueno.

Hoy sentí como había merecido la pena,
como el recuerdo era eterno.

Hoy pensé en aquellos días que parecían ya olvidados y
en aquellos que quisimos olvidar.

Hoy no fingí que todo había pasado,
Y disfruté de ello.

Hoy no lloré…pero pude hacerlo.

Elección

Si pudiera elegir...
¡lo haría!
Pero...ya no queda elección,
solo malas sensaciones.

La puñalada no ha curado,
su efecto se ha acrecentado.

Salir corriendo no es posible.
¿Quedarse?...insufrible.

Cómo me sentí

Me sentí como un héroe caído.
El tiempo no sustentó lo que no era falso,
pero tampoco era cierto.

Me sentí como un niño.
El tiempo pasaba,
pero parecía que no pasaba nada.

Me sentí confuso.
Tenía lo que quería,
pero ya no sabía si lo quería.

Y sentí muchas cosas,
pero no te las cuento.

La razón de tantas cosas

Era la razón de tantas cosas,
el sueño de poder competir,
la dulzura escondida y el susurro irreconciliable.

Era los desvelos necesarios,
los sueños que no quieres alcanzar,
los adioses difíciles de esperar y los reencuentros naturales.

Era las promesas que debías cumplir por miedo a no cumplir,
la recriminación dolorosa,
la niñez hecha mayor.

Pudo serlo, pero no podía ser.

Vacío

Una sensación de vacío te invade.

Miras hacia fuera, pero no ves a nadie.

Miras hacia dentro, pero no ves nada.

Tanto tiempo, tanto esfuerzo, tantos sueños.

Tanto buenos principios para tan malos finales.

¡No le importas a nadie! No dejas de repetirte.

Nadie le importa a nadie, nada importa, nada vale.

Buscas sensaciones, buscas soluciones.

Un buen final para un justo inicio.

Dar sentido a lo que ya no lo tiene, a lo que nunca lo tuvo.

¡Si sus enormes ojos negros volvieran a aparecer…!

Ingratitud

¿Qué queda cuando no queda nada?
El servilismo se convierte en agresivo, las palabras duras y la razón difusa.

¿Que ocurre cuando todo da igual?
Ya no vale nada y de la nada nos quejamos, en la nada nos quedamos.

¿Qué buscamos en la ingratitud y la injusticia?
Justificaciones vacías, argumentos poco sólidos, vicios que salen a la luz...

Huida

Gritas, pero no te oyen.

Esa espina con el paso del tiempo
se convirtió en puñal.

Esa herida ya no sangra,
pero no ha cicatrizado.

Ese llanto no se escucha,
pero se ve a alguien llorar.

Esa huida no es aprisa,
pero se ve a alguien marchar...

Él se fue

Se acabó, y eso es todo.

Solo queda soledad,
acompañada de recuerdos.

Parece como si no le importases a nadie,
y no es cierto.

Parece como si fuera más difícil sonreír que llorar,
y no miento.

Parece como si se hubiera ido,
nada más real.

Parece como si nada hubiera ocurrido,
¡qué duro!

Mediocridad

Solo queda lo que ves
y a veces no ves nada.

Ya no hay nada por lo que llorar,
cuando la mediocridad inunda todo.

Ya no queda nada por lo que luchar,
cuando la deslealtad es aplaudida.

Ya veremos, nada bueno.