Al otro lado de Madrid hay un sitio donde habitualmente se mezclan pasado con presente y sienten celos.
Donde la vida te da una nueva oportunidad y te recuerda.
Donde la inspiración viene de golpe y se marcha poco a poco, porque no se quiere ir.
Donde el recuerdo no quiere olvidar y el olvido nunca olvida, por miedo a no recordar.
Donde las historias se escriben de noche y se viven de día.
Donde las servilletas nunca se quedan vacías.
Un pasado incompleto y un presente difuso y complejo.
Un mundo de recuerdos, un mundo por vivir.
Y de donde al final, por mucho que dijiste, te ibas a ir.