Una sensación de vacío te invade.
Miras hacia fuera, pero no ves a nadie.
Miras hacia dentro, pero no ves nada.
Tanto tiempo, tanto esfuerzo, tantos sueños.
Tanto buenos principios para tan malos finales.
¡No le importas a nadie! No dejas de repetirte.
Nadie le importa a nadie, nada importa, nada vale.
Buscas sensaciones, buscas soluciones.
Un buen final para un justo inicio.
Dar sentido a lo que ya no lo tiene, a lo que nunca lo tuvo.
¡Si sus enormes ojos negros volvieran a aparecer…!