Pasado y presente se juntaron,
en la misma grada,
en la misma sala.
Soñé con que el pasado fuera futuro,
con que el presente no fuera tan duro.
El pasado diría:
“Se me caería la cara de vergüenza de hacerte eso”.
“No, no se te caería, tú nunca lo harías”.
El presente contestaría:
“Eran otros tiempos”.
“Ya, afortunadamente”.
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