Había tanto que ganar, que estaba dispuesto a perder.
Había tanto que soñar, que estaba dispuesto a quedarme sin
ello.
Había algo por lo que luchar, y eso era ya un sueño.
Había tanto y sin embargo a veces parecía que no quedaba
nada.
Hubo miedo...¡pero ya he dejado de soñar!
No hay comentarios:
Publicar un comentario